sábado, 25 de abril de 2009

La Metralleta judicial



En este país matar sale muy barato. Esta frase, dicha por una víctima de los atentados en el metro de Madrid en 2004 (11-M), es válida perfecta y actualmente en México. Matar sale muy barato.

La frase, además de ser cierta, tiene contundencia y sonoridad, por lo cual, queda en el aire para quien la quiera trabajar con intenciones literarias, cinematográficas, etcétera.

Ya casi se cumple un mes del lamentable suceso donde madre e hija perdieron la vida atropelladas por José Guadalupe Rodríguez Solís (PPM). Y esperando equivocarme, creo que conforme transcurra el tiempo se irá diluyendo la posibilidad de que a dicho personaje se le finque responsabilidad.

Por naturaleza y pusilanimidad, todo deudor siente que aunque no pague, pasados unos días su deuda queda cancelada y ay de aquel acreedor que se atreva a reclamar su derecho. A estas fechas es muy probable que, para su fuero interno, PPM no sólo no se sienta culpable, sino que esté pensando reclamar los daños causados a su carro por las víctimas. Una persona que no tiene, ya no digamos respeto, alguien que no tiene la más flaca idea del valor de la vida ajena, seguramente dará más valor a sus “padecimientos” y propiedades que a nada. “Chale, que gacho quedó el Cadillac, todo abollado, y el faro roto sale rete caro, y no es fácil de conseguir. A ver si hay chance de que me lo compren en el H. y lo hagan pasar por una lámpara del alumbrado público”.

Haciendo un poco de memoria (historia sería mucho decir cuando lo que sigue ocurrió en esta administración), cuando se escapó de Las Juntas quien asesinó a un turista ( cerca del San Javier, por robarle una cámara), muchos pensamos que el alcalde había sido víctima de la traición y/o incompetencia de los encargados de la seguridad pública. Personalmente le di mi voto de confianza. Volviendo al presente, y en vista de lo visto, habrá que ver lo que viene.

Al ser jefes del poder ejecutivo, los alcaldes son más visibles y conocidos que otros funcionarios, por ejemplo, los del poder judicial. Se sabe que en México no existe una verdadera división de poderes. Digo esto porque aunque Javier Bravo pudiera haber dado pie a los señalamientos que se le hacen, el asunto está tomando tintes y rumbos extraños y, no se percibe la acción de quienes están obligados a actuar. Bravo se está llevando las críticas por toneladas y, parece por momentos olvidarse que el protagonista de este pandemonium se llama José Guadalupe Rodríguez Solís; tanto ruido distrae y el malestar social, merecido o no, está golpeando más al alcalde que al autor material (homicida imprudencial o lo que la autoridad determine) y a las autoridades judiciales.

Ese es el precio, supongo, de encabezar una administración y ser tan conocido como Valentin Elizalde. En estos momentos estoy mucho más inconforme y desconfiado con la actuación del Poder Judicial que del ejecutivo, pero francamente no sé quien lo encabece en Vallarta o que nombre poner para sustituir el del alcalde. O no sé si esto obedece a reglas no escritas de la política turbia donde uno pone la cara y campea el temporal, y otro hace como que investiga, como que no me acuerdo, “como me duele que te saquen a bailar, que te empiecen a apretaaaaar”.

¿De dónde van a salir buenas autoridades si el tejido social- algo así como las fuerzas básicas- se está destejiendo?. Un síntoma de esto es el absoluto y sepulcral silencio que ha guardado, a mi ver, el otro diario local que además de Tribuna merece ser leído. Tal mutismo no puede ser casual y alguien está pagando por él. Y ese alguien somos todos; todos estamos pagando con dinero y en especie. Con metálico porque no creo que nadie pague de su bolsa lo que pueda tomar de la bolsa pública. Y en especie, porque cuando se guardan silencios cómplices, todos, absolutamente todos, perdemos algo de libertad.

miércoles, 22 de abril de 2009

La Metralleta perrona


Era callejero por derecho propio
Alberto Cortés


Voy a quedar en deuda con el autor de la siguiente frase porque no recuerdo donde la leí: “estaba solo y desamparado, como perro en el periférico”. Antes de vivir en Guadalajara, periférico me sonaba más a pieza de computadora que a trailer sin frenos en una pendiente pronunciada, que a motociclista dando vueltas en el aire, que a french poodle en sus minutos finales.

La vida moderna rinde culto a la rapidez, a lo inmediato, es como un toro embistiendo, y la única forma de parar es morirse o hacerse a un lado y dejarlo pasar. Esto último es lo que los perros hacen. Dejar pasar los coches, esperar un turno que nunca llega, tratar de cruzar una calle para llegar al otro lado con la ilusa esperanza de que allá no estará ni solo ni desamparado, creyendo que allá los filetes cuelgan de los árboles.

Es probable que un can no piense lo arriba dicho y todo sea un viaje del autor que de tanto leer a José Emilio terminó escribiendo pacheco. Puede ser. Claro que puede ser, pero en lo que se descubre por dónde le entra el agua al coco, podemos salir a recorrer las calles de la ciudad, específicamente el Periférico y la carretera a Chapala. Perros más, perros menos, se encontrará cerca de 50 ejemplares adheridos al pavimento.

Hablo de un día cualquiera, de lunes a domingo, como dicen algunas empresas por adornarse, las 24 horas, los 365 días del año. Escuché decir que eso pasaba porque eran perros callejeros pero no es así, es decir, esa no es la única causa, porque lo mismo se encuentra un perro eléctrico (corriente pues) que uno de raza (osea tú me entiendes we), pastor alemán, labrador, pekinés, y otros que he visto en enciclopedias pero no recuerdo su nombre. Igual que con los humanos, en el periférico la muerte y las llantas agarran parejo con perros de abolengo y perros anónimos, sin importar si se llama solovino, firulais, coqueta, rudolf, dino, kaiser, nerón, bruno, scooby, ayudante de santa, hans, fifí o rin tin tin.

El fenómeno es tan real como lastimoso. Tan evidente, que en mayo de 2004 durante la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea se habilitó una cuadrilla especial encargada de patrullar de manera permanente y recoger los cuerpos en el trayecto que recorrían los mandatarios y sus comitivas del aeropuerto a la ciudad.

Que el perro es el mejor amigo del hombre es una frase del imaginario colectivo. Hay canes para los que llevar una vida de perros significa tener privilegios (estéticas, hoteles, boutiques) inaccesibles para algunos humanos y es difícil establecer quien en la relación es el dueño y quien la mascota. Pero hay otros y son mayoría, para los cuales los hombres no somos ni sus dueños, ni sus amigos, para los que sencillamente, no somos nada.

Reza el refrán que el que tenga tienda que la atienda. Lo mismo es aplicable para las mascotas, y bien haríamos en no tenerlas si no podemos darles un trato que pueda calificarse de decente para arriba.

La Metralleta marchante (6/10)


uno

Escoger el tema a tratar es la mitad del trabajo para escribir una columna. A veces los tópicos se esconden y otras saltan como chapulines en comal. Pero hay temas que por moral, ética, compromiso social o las mangas del chaleco, uno no puede evitar, o mejor dicho, dejar pasar.

El tema de este momento, desafortunadamente trágico, es el crimen (¿de qué otra forma llamarlo?) cometido por José Guadalupe Rodríguez Solís, para fines prácticos, en lo sucesivo PPM. Hoy se cumplen 13 días del hecho y si no estoy mal informado, PPM sigue libre gracias a la desgraciada salud social en la que agoniza este país, a esa treta legal que llaman amparo y a la apasionada protección del aparato de gobierno con el señor presidente municipal javier bravo (por favor, correctores de estilo, con minúsculas) a la cabeza.Y hablo de salud social porque un crimen de tal magnitud y tan evidente, sólo puede quedar impune en un contexto sifilítico y delirante como el actual. Lugar común es decir que ni el propio Kafka hubiera escrito lo que está sucediendo.

Apasionada protección, repito, porque no encuentro otra explicación, no veo otra justificación aparte de las bajas pasiones para tratar de presentar como culpable al llevado y traído (literalmente) Joven Alexander, en lugar del confeso (imprudencial si se le quiere poner adjetivo calificativo al sustantivo) responsable, el malhadado, pusilánime PPM. En otros términos hablaría del señor PPM si tras el accidente se queda en el lugar, llama una ambulancia y se pone a disposición de las autoridades. Pero el hubiera no existe, y el iba es un impuesto.


dos
Estoy listo para acudir a la marcha para pedir justicia y aplicación de la ley. Estoy esperando la convocatoria de quien se decida a encabezarla. Si ya hubo una marcha (medio fresona y socialité) cuando lo del joven Martí, es de esperarse que con mayor razón la población responda al llamado de los líderes (políticos, sindicales, sociales, religiosos, morales, intelectuales) cuando estamos hablando de un suceso local, que nos atañe y no podemos hacer como que la virgen nos habla, porque hacerlo es aceptar que estamos indefensos y en las manos de los rufianes, quedarnos callados equivale a esperar turno para ser arrollado por un Cadillac.

Marcharían los familiares, amigos y vecinos de las víctimas. Creo que a esa marcha también iría Gustavo Iñiguez, Ab Cronos, Milton Tovar, Citlali Ávalos, Lalo Quimixto, Javier Fabris, Baldwin. Quizá también mis grandes amigos del Tintero. Pero sin duda, iría todo ciudadano informado y consciente de que interesarse por el vecino, cuidarle, apoyarle, es hacerlo por el bien de uno mismo.


Miguel Angel Preciado y Salvador Cosío ya marcaron la pauta al interponer demanda legal, para darle toques en los testículos al aparato judicial que se supone debe actuar de oficio. La oposición tiene una oportunidad que ni mandada hacer, no para lucrar, sino para encabezar y encauzar el descontento ciudadano, con lo cual cumpliría con, a mi ver, la más importante de sus funciones. Incluso, el mismo Salvador González Resendiz daría muestra de tamaños, de no quedarse en la inmovilidad y silencio, si no cómplices, sí consentidores y gremiales.

Resumiendo, me parece que todo está listo para el baile, pero a falta de Don Cruz Lizárraga, se requiere quién dirija a la banda. Con decirle que, sin conocerlo personalmente, Maximiliano Lomelí no es santo de mi devoción, pero lo sería en automático, junto con Javier Orozco si convocan a una marcha harto justificada, mucho más que la otra que, aunque lo nieguen, coordinaron. Julia Baumgarten, Efrén Calderón, ¡despierten!.Señor Ignacio Guzmán, gánese mi voto. Carajo, prometo, después de varios años sin ir a misa, regresar al redil del Señor, al camino de los justos, si el padre Ibarría tiene a bien asistir y/o convocar, ganando de paso el respeto y cariño fiel que tengo reservado para Don Miguel Hidalgo y Costilla.

La Metralleta cursi (!bah!)


Cada quién con sus filias, fobias y asegunes. En lo que a mí respecta, democrático lector, cuando redacto prefiero evitar las comillas (“”) . Ciertamente cada signo de puntuación (coma, guión, dos puntos) cumple una o varias funciones que justifican su existencia, pero uno se da sus mañas para evitarlos, pervertirlos o reemplazarlos con otros recursos.

En el caso que nos hoy ocupa, las comillas son fácil y perfectamente sustituibles con apóstrofes, viñetas y, con mayor efectividad, por la letra cursiva. En este momento se me ocurre hacer un guión televisivo que se llame “lo que callamos las cursivas”.

Las comillas me parecen una señal bastante obvia que limita la comunión lector-escritor. Son como risas grabadas, o instrucciones para que la gente llore no cuando la película lo conmueva, sino cuando el director dice que hay que llorar. La letra cursiva es un guiño al lector; es hacerlo cómplice y darle entrada a la burla, risa o ironía pero sin forzarlo, algo así como esos toqueteos leves que se dan los bailarines para indicar la vuelta, redoble, adorno o movimiento a ejecutar.

Insisto (bueno, no recuerdo si ya lo he dicho), a este intento de país llamado México le sobran palabras (y diputados y senadores) y le faltan ejemplos. Menos ruido y más nueces.”Menos ruido y más nueces”. Menos ruido y más nueces.

Dicho lo anterior, aquí va el ejemplo con su respectiva explicación.

1) Yo apoyo al presidente Calderón, porque no quiero que la droga llegue a mis hijos.

2) Yo apoyo al presidente Calderón porque no quiero que la droga llegue a mis hijos.

3) Yo apoyo al “presidente” Calderón porque no quiero “que la droga llegue a mis hijos”.

En el primer inciso estoy diciendo que creo a pie juntillas en el primer mandatario de la nación, y que los narcos son unos desalmados escondidos tras los matorrales y árboles de las primarias que quieren darle droga gratis a los niños burlando la vigilancia de padres y maestros, y que hay que vigilar de cerca al señor de las paletas porque sabrá dios que más( aparte de paletas) pueda traer en el carrito.

En el segundo inciso pongo en tela de juicio, para empezar, que el señor Calderón sea presidente, cosa por demás ociosa a casi tres años de su mandato. Para continuar, con las cursivas digo que no creo para nada en su guerrita inventada y costosa, que su cruzada contra las drogas es demagógica, absurda y tan cara que ya están teniendo que desviarse recursos que eran para obras y programas sociales, hacia la compra de armas al bien intencionado gobierno estadounidense. Ni se imagina la de hospitales, kilómetros de carreteras, puertos y demás cosas que se pueden hacer con ese dinero destinado a tirar balas de salva y desatar una violencia que antes de que llegara el señor Calderón, no existía.


En el inciso tres digo lo mismo que en el dos pero con escaso respeto a la inteligencia de mis escasos lectores, cosa que jamás firmaría.

De los tres incisos firmo el segundo, siempre y cuando aparezcan las cursivas, porque en la entrega anterior me hicieron el favor de quitarlas y, entre crítico y apologista, huelga decirlo, hay un cerebro de diferencia.

Pásela tropical.

ps: Saludos para alvarito esperando que se rompa una pierna

La Metralleta tutifruti


uno
Si este columna fuera interactiva usted podría escoger entre varios temas, el que quisiera leer. Pero no; este espacio no es interactivo ni soy Adal Ramones para preguntarle si quiere monólogo, ni el presidente Calderón para preguntarle si le gustaría que le construya una refinería en el lote baldío que está en su colonia. Es probable que hoy sea viernes, pero no apueste su casa a ello. Bien podría ser sábado, miércoles, oxxo, jueves o la tigresa del oriente. En estos tiempos no se sabe, y hacen que me acuerde de mis tías Angelita y Esther, que dicen que todo está muy cambiado, que ya no es como antes. O de doña Gertrudis que, como se esta quedando sorda dice que los gallos ya no cantan, que nomás el pico abren.


dos
Es fácil perderse en la marejada de datos, cifras, porcentajes, etc, etc. Y más cuando no faltan líderes de opinión que se sumen al desgobierno generalizado de los años recientes. A la palabrería hueca le hacen falta ejemplos y, para no sumarme, aquí le va uno. El IDE, entre otros, (impuesto a los depósitos en efectivo) es un impuesto absurdo, gandalla, contrario a la moral y los valores de las buenas conciencias gobernantes porque no es otra cosa que un robo del 2.5 % de las personas que tienen ingresos mayores a 25 mil pesos y deciden depositarlos para no meterlos bajo el colchón. Si usted vive en Vallarta, le venden un departamento en 400 mil en la Versalles y se los va a prestar un familiar de Tijuana mediante depósito bancario, dígale adios a 10 mil pesos porque su banco se los retendrá y usted nomás dispondrá de 390 mil. Acaba de hacer su contribución para que la droga no llegue a tus hijos.

tres
Qué divertido es leer el Mano a mano. Al menos a mi me lo parece y, salvo que alguien me dispute el puesto, me declaro presidente del club de lectores de dicha revista de anuncios económicos. Encuentra uno allí de todo, y no digo casi de todo, porque faltaría a la verdad. Allí contacté a quien me vendió el colchón sobre el que tan plácidamente duermo. De allí conseguí un librero y una cómoda por los que no tuve que pagar más que el flete porque a su antigua dueña le estorbaban. Mi vecina, al ver que su perrita fina se estaba poniendo lubricosa, y con un temor nada injustificado a que abusara de ella uno de los tantos perros eléctricos (corrientes quise decir) de la colonia, puso un anuncio en esta bendita y eficaz revista,( red de redes, luz de luz, dichosos los que acuden al mano a mano porque sus ruegos serán escuchados, y su reino no tendrá fin sino hasta el siguiente viernes antes de las diez porque después sólo se encuentra un ejemplar en el mercado negro y hay quienes perdieron la vida al resistirse a un asalto donde con pistola en mano les dijeron arriba las manos y suelta ese mano a mano, hermano) el cual les transcribo porque, déjeme decirle, yo le ayudé a redactar: Hola perritos preciosos, soy una hermosa y coqueta perrita french que busca novio para hacer muchas travesuras. Llama ya, estoy impaciente por escucharte ladrar. Y a continuación un número telefónico que me parece impropio poner aquí.

Lo que si le cuento es que ese mismo viernes en la tarde llegó una señora en una Expedition guinda con lentes Versace negros y una bolsa dorada (Louis Vuitton supogo). Mi vecina le abrió, y dejaron a los tórtolos en el patio trasero, mientras ellas, mutuamente, se decían linduras sobre sus uñas decoradas y su cabello de zorrillito.

La Metralleta urbanista


Pocas veces leí a Peter Gray mientras estuvo vivo; lo suficiente para notar que es (fue) uno de los escasos casos de extranjeros avecindados en Vallarta que le aportan al puerto sus ideas y visión con fines de mejorarlo.

Particularmente recuerdo una de sus entregas a la prensa en la que decía, palabras más palabras menos, refiriéndose a los altos edificios que se construyen en estos tiempos, que el cambio de rostro de la ciudad era ya indetenible, y que en vez de estar sumando voces sin ton ni son al ruido colectivo, lo importante era promover (pedir,exigir, reglamentar, etc) arquitectura de calidad y no sólo cajas de cereal en vez de edificios con porte, presencia, identidad.

Honestamente, viajero y cosmopolita lector, ¿Cuál (es) de los enormes edificios construidos recientemente merece insertarse en la arquitectura recordable?, ¿Cuál de éstos le aporta identidad a Vallarta, de la forma en que lo hace La Ópera a Sydney o Las Petronas a Kuala Lumpur?.

Guardando las proporciones, muchas de estas moles me remiten a barriadas de apartamentos de Guadalajara que no sólo parecen un litro de leche Lala, sino que además están pintados y rotulados con ésta y otras marcas de chicles, cerveza y hasta condones. Si no le gusta que le cuenten, desconfiado lector, por Lázaro Cárdenas, rumbo a la central camionera, hay uno de estos fraccionamientos. No sé como se llama pero lo he bautizado como Oxxo Multifamiliar.

Regresando a Vallarta y al burrito con zarape, me parece que el pueblito típico con playa aún existe, y existirá unos años más si se detiene la depredación de la franja comprendida entre El Andariego y El Caballito de Olas Altas (de largor) y de la playa hasta el libramiento (de anchor). Con respecto a la montaña, para seguirla viendo tenemos dos opciones: irnos a vivir a Las Juntas y Los Veranos, o comprar un cuadro en formato grande de Roberto Bermejo.

Pero Vallarta no sólo está creciendo hacia arriba; también hacia adentro y los lados. Y sin ser Nostradamus, igual que predije que el Atlante se iría a Cancún, ahora predigo que Fluvial Vallarta de ser una de las zonas más cordiales (visualmente hablando) de la ciudad, en breve será imposible diferenciarla de Las Quintas de Culiacán, o yendo más cerca, de Ciudad del Valle en Tepic. Ambos desarrollos fueron en su momento y respectivas ciudades ejemplo de integración entre residencias y vegetación nativa. Sinceramente espero equivocarme, pero teniendo en cuenta el valor ficticio de los terrenos y la notoria tendencia al cuchitrilismo (palabra tomada del Dr. Baños), me preguntó hasta cuando seguirán en pie las enormes parotas, tules e higueras que embellecen Fluvial.

Si Puerto Vallarta fuera una muchacha, todo lo hasta aquí escrito tiene que ver con su apariencia. Pero si quisiéramos saber más de ella, aparte de mirar sus partes redondas, sería importante hacerle un chequeo médico para descartar que le vaya a dar un paro cardiaco en la noche de bodas. Con esto quiero decir que hay que ver como anda de la circulación, lo cual nos llevaría a hablar de las calles y el cada vez más atorado tránsito por la ciudad. Pero eso (quizá) será tema de otra entrega.

El rostro vernáculo del puerto ya está más que definido con las fachadas blancas y los techos rojos, pero falta proponer y forjar el semblante del Vallarta-Urbe moderno que marque diferencia para que no se le confunda con una mezcla entre Taxco Guerrero y Miami Florida.

Hasta la otra. Pásela bien.

La Metralleta investigadora


De unos meses a la fecha se habla mucho (y en todos lados) de la crisis. Con decirle que hace días desperté con el canto de un gallo y clarito escuché que decía: kiki ri cri kiri ri cri. Más tarde compré unas papas con chile afuera del Sams, en la parada de los camiones Medina. – Échele más chile, le dije al señor de las papas. No puedo, joven- me dijo- es que está bien dura la crisis.

A pesar de que ya eran dos señales, decidí no fiarme y realicé una ardua investigación; mejor dicho, sigo investigando, pero le adelanto los resultados obtenidos hasta ahora. Por si usted, hipotético lector, anda tan apurado y no tiene tiempo (ya ve que está dura la crisis) de leer esta columna hasta el final, aquí está la madre de todas las conclusiones a las que llegué: o la crisis es un invento, o no soy bueno para buscar.

Una noche fui a La Cantina (era miércoles creo) y estaba llena. Invité a bailar a una muchacha, y mire que soy tímido. Esta vez mi mayor temor era que la chica en cuestión me contestara: - no bailo, es que está bien dura la crisis. Total que dijo que sí y bailamos como cuatro de La Arrolladora. Para tener una segunda opinión, la invité a La Regadera. Supe que no era de aquí porque me dijo muy propia: - vamos, pero yo pago el taxi. El caso es que dicho karaoke-bar también estaba lleno y la cola para entrar estaba más larga que donde entregan la leche Liconsa. Como los caballeros no tenemos memoria, no le voy a decir a dónde fuimos después, pero también estaba lleno.

En el trayecto pasamos (por la Colombia) junto a las dos funerarias que están una muy cerca de la otra y, ¿qué cree?. Acertó, igual que los antros, también estaban llenas. Del precio y calidad de los ataúdes, a menos que lo invente, no puedo hablar. Además que, a las tres de la mañana, con una mujer guapa y a 60 por hora cualquier ataúd se ve de lujo.

Al día siguiente pasé a recogerla a su hotel, que también estaba lleno, y fuimos a comer al Coleguita. Dado el prestigio de este restaurante, me parece ocioso decirle como estaba. Lo que sí le digo es que este lugar me recordó a la selección mexicana en los tiempos de Aspe, Ambriz y compañía. Cero especulación.

Al baile del Chapo no fuimos, pero en la obra fue tema obligado porque casi todos (albañiles, fierreros, topógrafos, carpinteros, ingenieros, bueno, hasta los arquitectos) fueron y dijeron que estuvo lleno. Lino, el maestro de obra, me dijo que le gustó más Julión Álvarez, que porque canta very very very good.

Tuve que suspender la investigación- momentáneamente- cuando mi amiga (porque a estas alturas de la investigación ya éramos amigos) me dijo la frase favorita de las turistas para regresar a los locales a la realidad: - me voy mañana. Ya sin mi asistente, otro día fui al punto que estoy pensando adoptar como mi segundo hogar. Con decirle que allí escribí lo que en estos momentos (espero) usted está leyendo. Ni siquiera voy a decir su nombre porque si en otros lugares no encontré crisis, aquí menos. Música en vivo, botanas en raciones generosas ( y no hablo de jícama con chile) y por si fuera poco, alimento para el alma incluido, gracias al don de gentes y destreza mental de su anfitrión, Sergio Meza El Gallo, de quien tomo prestada su frase de batalla para despedir esta segunda entrega de La Metralleta:

¡Ahh qué ambientazo!

La Metralleta pornogràfica


En el cine, en la literatura y en el imaginario colectivo abundan historias en las cuales, con una fuerte suma de por medio, se trata de comprar la voluntad de hombres y/o mujeres para que cometan actos que ni de broma harían gratis. ¿Recuerda la cinta, una propuesta indecorosa?.

También está el chiste donde un tipo le pide a otro que acceda a sus lascivas solicitudes. Le ofrece cien pesos y el otro dice ofendido - ¿qué pasó compadre?, más respeto. Y así va subiendo el monto ofrecido y bajando la resistencia del probable prostituto. Total que la oferta llega a cien mil y cuando el otro se pone jubiloso y se dispone a despojarse de los textiles, el primero le dice:

No, si putos sobran. Lo que falta es capital.

Pero como casi siempre sucede, la realidad supera la fantasía. Recientemente en California, una mujer dio a luz y tuvo octillizos. Se llama Nadya Suleman, tiene 33 años y está desempleda. Además vive con ella su madre y seis hijos que ya tenía antes de estos ocho. Por si fuera poco (televisoras mexicanas, despierten) está a punto de perder su casa porque está vencida la hipoteca, que asciende a 24 mil dólares.

Lo anterior, de ser una situación trágica, gracias al morbo y a la desaforada sociedad gringa, se está convirtiendo en una historia de humor negro zopilote. Resulta que Vivid Entertainment, una empresa dedicada a hacer películas para adultos, le ofrece a Nadya un millón de dólares por protagonizar uno de sus filmes. Esto lo hacemos por ayudar, declaró Steven Hirsch un ejecutivo de Vivid, y gracias a la popularidad de la que Nadya goza actualmente.

Pocos después Suleman recibió una segunda oferta. Esta vez de Pink Visual, competidor de Vivid. Pink Visual promete suministrar por un año los pañales que consuman los octillizos, a cambio de que no filme el controvertido filme. Queremos –dijo Kim Kysar, gerente de Pink- decirle a Nadya que estamos con ella; que lo piense bien. Sabemos que puede estar desesperada pero no está sola; que piense en el estigma que acompaña a las estrellas de este género, y en el daño sicológico que podrían sufrir sus hijos en el futuro.

Si usted fuera Nadya, imaginario lector, ¿ con quién se quedaba?, ¿con melón o con sandía?, o mejor dicho, ¿con Vivid o con Pink?.

Si le interesa evaluar el dilema por el lado financiero, revise el siguiente ejercicio. Suponiendo que cada bebe usa seis pañales al día y que cada pañal cuesta un dólar, tenemos que la ayuda de Pink Visual asciende a 17,520 dólares, contra el millón que ofrece Vivid Entertainment. Es decir, si Suleman filma la película y compra por adelantado todos los pañales para un año, le quedarían 982, 480 dólares para cubrir la hipoteca y el probable daño sicológico que los niños pudieran sufrir.

Y claro, todos los que compraran la película contribuirían para una noble causa.



Por último quiero aclarar que La Metralleta pornográfica es el título de la primera entrega de esta columna, no de la película que Vivid Entertainment quiere producir, con Nadya Suleman en el papel protagónico.

Hasta aquí por ahora. Pásela chévere.

aceitando la metralleta

traca traca traca