miércoles, 6 de mayo de 2009

La Metralleta diez



uno

Casi siempre resulta tan difícil que, despedirse, debería ser una carrera técnica. Recuerdo una canción que no puedo asegurar fuera de Las Jilguerillas, pero de su época sin duda, y dice así: “Cual de los dos amantes/ sufre más penas/ el que se va o el que se queda/ el que se queda se queda llorando/ y el que se va, se va suspirando”. Supongo además que, en el verso de César Vallejo –hay golpes en la vida, tan fuertes, yo no sé- están incluidas no sé cuantas, pero sí una honda y sentida, una dolorosa despedida. La idea o creencia general es que sufre más (en una separación) el abandonado que el abandonador, pero para nuestros adentros sabemos que no siempre es así, que por más paliativo que el tiempo pudiera ser, por muchas canciones que digan que el tiempo todo lo cura, también es cierto que el tiempo todo locura.


dos

La semana pasada vencí la tentación de escribir sobre la influenza. Eran momentos de mayor incertidumbre que los actuales. Existía saturación de voces, emisarios del mal, infor y seudoinformadores, al margen de sus buenas o torcidas intenciones. Los pocos días transcurridos permiten ver las cosas, si no con una perspectiva de pent house, sí con la visión de una pequeña loma. Lamentable me parece el giro de las televisoras (las dos clásicas y hermanas gemelas) que, agotada la psicosis nacional, invitan a tomar represalias contra los países que a su ver se han mostrado xenófobos y discriminatorios con México. Es como incitar a matar matones. Recalcan por ejemplo la solidaridad de nuestro país con los argentinos que vinieron huyendo (de crisis económicas y políticas) y pretenden mostrarlos malagradecidos. Se les olvida que la crisis que en este momento vive México , amén de económica y política, es preponderantemente sanitaria. Las medidas que gobiernos extranjeros tomen para proteger a su población son tan válidas como las que ha tomado el nuestro. Y no hay que olvidar que China por ejemplo, además de poner en cuarentena a los mexicanos que han ido allá, también envió ayuda en metálico y en especie. Más congruencia no se les puede pedir. Jorge Castañeda, ex secretario de relaciones exteriores lo resumió en una frase: los países no tienen sentimientos, tienen intereses.


y tres…

¿ Por qué seguimos celebrando el 5 de mayo, cuando se ganó una batalla, pero no la guerra?. Celebrarlo es hacer apología del “ya merito”. Es como si celebráramos que México le iba ganando 1-0 a Argentina en el mundial de Korea-Japón, a pesar de que al final se perdió el partido. En cambio, hay que celebrar por todo lo alto este 10 de mayo a nuestras madres, las únicas capaces de vernos hermosos siempre; incluso en un ultrasonido a los 5 meses de embarazo.



¡tamarindo!

Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla. Todo cae por su propio peso, si no pregúntenle a Juan Gabriel. Se acaba la papa, se acaban los melones, se acaba la sandía, también el aguacate. ¿ y la cosecha de mujeres?. En tanto dura la contingencia sanitaria la Secretaría de Salud recomienda no hacer el amor puercamente. La semana pasada fui a Sonora y la encontré bella, sana, incomparable. Una amiga de Hermosillo me dijo que padece un efecto secundario de la influenza. A causa de los días encerrada en casa por la contingencia, se ha vuelto refridependiente. También estuve en Tuxtla Gutiérrez, tierra del Poeta con mayúscula, Jaime Sabines. Muchas bardas grafitedas con sus versos. Salud por eso.

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Esta metralleta se autodestruirá en nueve...ocho…7…3…dos, …. ¡boooom!.

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