miércoles, 20 de mayo de 2009

a mi también me duele la viceversa



En tanto escribo sobre la partida de Mario, el bueno de Mario, plagio-comparto este texto de Gustavo Íñiguez (vidavueltas.blogspot.com

Adiós a Benedetti o viceversa
Y volvió siempre. Después de cada exilio, Montevideo. Así con su táctica y estrategia, el escritor uruguayo a sus 88 años, buscó como siempre la vida, para darse cuenta que se la habían escondido de una vez y para siempre (entiéndase de forma interrogativa). El abuelo de la poesía latinoamericana nos dice adiós y nos deja permaneciendo sus palabras. Y volveremos a soñar con cada verso, y esteremos alargando su existencia como si él siguiera ahí, en algún lugar del Uruguay, viendo por una ventana el mundo entero y escribiendo la más completa de sus obras.

Un mensaje de texto con la noticia, esas que vienen con cara de triste: Ha muerto Benedetti. Y creí que había que guardar un silencio profundo. Estoy convencido que lo último que debemos hacer cuando muere un poeta es guardar silencio, entonces comencé a repetir para nadie, los versos que venían a mi memoria. Pero la muerte nunca/ se impacienta / seguramente porque / sabe mejor que nadie / que los sobrevivientes / también mueren.

Recordé entonces una de esas ideas que saltan en los insomnios. Por qué salir de la vida en su forma más elemental: la muerte. Me di cuenta de que él había encontrado su táctica y estrategia para quedar triunfante, sobreviviendo en cada una de sus obras, donde cada vez que se abra un libro, se repita insospechadamente uno de sus versos, regresará del universo paralelo en el que ahora camina, para hablarnos suavemente, para contar historias y sus palabras seguirán fraguando amores en algún lugar, en cualquier parte permanecerá con voz de viento atando los nuevos corazones.

Adiós a Mario Benedetti, que merece que doblen todas las campanas, que merece la gloria de la tierra antes de que sepa si ha llegado al cielo, que se entere que aquí de cuando en cuando, las bocas repetirán su nombre, y no habrá exilio suficiente para que algún oído no escuche sus palabras. Hoy debemos decir que Benedetti se ha librado de la muerte, pues los diarios se llenan de noticias, diciendo que se ha ido el poeta, y es precisamente hoy que para mí es más claro, lo veo venir, llegar con todas sus cicatrices, con todos sus desvelos, con su total incorrupción, sus ganas de hombre y seguirá buscando a su mujer en lo oscuro.

Su muerte física nos regala el pretexto de elevar su propia oración, su padrenuestro latinoamericano:

no nos dejes caer en la tentación

de olvidar o vender este pasado

o arrendar una sola hectárea de su olvido

ahora que es la hora de saber quiénes somos.

Hasta pronto, aquí esperaremos a que vuelva como siempre del exilio. Montevideo debiera preparar no su adiós, su bienvenida.

Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia nació en Paso de los Toros en Uruguay un 14 de septiembre de 1920. Autor de más de 60 obras. Formó parte de la generación del 25, movimiento que revolucionara la literatura en su país y formó parte del boom latinoamericano de los 60.

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