miércoles, 22 de abril de 2009

La Metralleta marchante (6/10)


uno

Escoger el tema a tratar es la mitad del trabajo para escribir una columna. A veces los tópicos se esconden y otras saltan como chapulines en comal. Pero hay temas que por moral, ética, compromiso social o las mangas del chaleco, uno no puede evitar, o mejor dicho, dejar pasar.

El tema de este momento, desafortunadamente trágico, es el crimen (¿de qué otra forma llamarlo?) cometido por José Guadalupe Rodríguez Solís, para fines prácticos, en lo sucesivo PPM. Hoy se cumplen 13 días del hecho y si no estoy mal informado, PPM sigue libre gracias a la desgraciada salud social en la que agoniza este país, a esa treta legal que llaman amparo y a la apasionada protección del aparato de gobierno con el señor presidente municipal javier bravo (por favor, correctores de estilo, con minúsculas) a la cabeza.Y hablo de salud social porque un crimen de tal magnitud y tan evidente, sólo puede quedar impune en un contexto sifilítico y delirante como el actual. Lugar común es decir que ni el propio Kafka hubiera escrito lo que está sucediendo.

Apasionada protección, repito, porque no encuentro otra explicación, no veo otra justificación aparte de las bajas pasiones para tratar de presentar como culpable al llevado y traído (literalmente) Joven Alexander, en lugar del confeso (imprudencial si se le quiere poner adjetivo calificativo al sustantivo) responsable, el malhadado, pusilánime PPM. En otros términos hablaría del señor PPM si tras el accidente se queda en el lugar, llama una ambulancia y se pone a disposición de las autoridades. Pero el hubiera no existe, y el iba es un impuesto.


dos
Estoy listo para acudir a la marcha para pedir justicia y aplicación de la ley. Estoy esperando la convocatoria de quien se decida a encabezarla. Si ya hubo una marcha (medio fresona y socialité) cuando lo del joven Martí, es de esperarse que con mayor razón la población responda al llamado de los líderes (políticos, sindicales, sociales, religiosos, morales, intelectuales) cuando estamos hablando de un suceso local, que nos atañe y no podemos hacer como que la virgen nos habla, porque hacerlo es aceptar que estamos indefensos y en las manos de los rufianes, quedarnos callados equivale a esperar turno para ser arrollado por un Cadillac.

Marcharían los familiares, amigos y vecinos de las víctimas. Creo que a esa marcha también iría Gustavo Iñiguez, Ab Cronos, Milton Tovar, Citlali Ávalos, Lalo Quimixto, Javier Fabris, Baldwin. Quizá también mis grandes amigos del Tintero. Pero sin duda, iría todo ciudadano informado y consciente de que interesarse por el vecino, cuidarle, apoyarle, es hacerlo por el bien de uno mismo.


Miguel Angel Preciado y Salvador Cosío ya marcaron la pauta al interponer demanda legal, para darle toques en los testículos al aparato judicial que se supone debe actuar de oficio. La oposición tiene una oportunidad que ni mandada hacer, no para lucrar, sino para encabezar y encauzar el descontento ciudadano, con lo cual cumpliría con, a mi ver, la más importante de sus funciones. Incluso, el mismo Salvador González Resendiz daría muestra de tamaños, de no quedarse en la inmovilidad y silencio, si no cómplices, sí consentidores y gremiales.

Resumiendo, me parece que todo está listo para el baile, pero a falta de Don Cruz Lizárraga, se requiere quién dirija a la banda. Con decirle que, sin conocerlo personalmente, Maximiliano Lomelí no es santo de mi devoción, pero lo sería en automático, junto con Javier Orozco si convocan a una marcha harto justificada, mucho más que la otra que, aunque lo nieguen, coordinaron. Julia Baumgarten, Efrén Calderón, ¡despierten!.Señor Ignacio Guzmán, gánese mi voto. Carajo, prometo, después de varios años sin ir a misa, regresar al redil del Señor, al camino de los justos, si el padre Ibarría tiene a bien asistir y/o convocar, ganando de paso el respeto y cariño fiel que tengo reservado para Don Miguel Hidalgo y Costilla.

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