miércoles, 22 de abril de 2009

La Metralleta tutifruti


uno
Si este columna fuera interactiva usted podría escoger entre varios temas, el que quisiera leer. Pero no; este espacio no es interactivo ni soy Adal Ramones para preguntarle si quiere monólogo, ni el presidente Calderón para preguntarle si le gustaría que le construya una refinería en el lote baldío que está en su colonia. Es probable que hoy sea viernes, pero no apueste su casa a ello. Bien podría ser sábado, miércoles, oxxo, jueves o la tigresa del oriente. En estos tiempos no se sabe, y hacen que me acuerde de mis tías Angelita y Esther, que dicen que todo está muy cambiado, que ya no es como antes. O de doña Gertrudis que, como se esta quedando sorda dice que los gallos ya no cantan, que nomás el pico abren.


dos
Es fácil perderse en la marejada de datos, cifras, porcentajes, etc, etc. Y más cuando no faltan líderes de opinión que se sumen al desgobierno generalizado de los años recientes. A la palabrería hueca le hacen falta ejemplos y, para no sumarme, aquí le va uno. El IDE, entre otros, (impuesto a los depósitos en efectivo) es un impuesto absurdo, gandalla, contrario a la moral y los valores de las buenas conciencias gobernantes porque no es otra cosa que un robo del 2.5 % de las personas que tienen ingresos mayores a 25 mil pesos y deciden depositarlos para no meterlos bajo el colchón. Si usted vive en Vallarta, le venden un departamento en 400 mil en la Versalles y se los va a prestar un familiar de Tijuana mediante depósito bancario, dígale adios a 10 mil pesos porque su banco se los retendrá y usted nomás dispondrá de 390 mil. Acaba de hacer su contribución para que la droga no llegue a tus hijos.

tres
Qué divertido es leer el Mano a mano. Al menos a mi me lo parece y, salvo que alguien me dispute el puesto, me declaro presidente del club de lectores de dicha revista de anuncios económicos. Encuentra uno allí de todo, y no digo casi de todo, porque faltaría a la verdad. Allí contacté a quien me vendió el colchón sobre el que tan plácidamente duermo. De allí conseguí un librero y una cómoda por los que no tuve que pagar más que el flete porque a su antigua dueña le estorbaban. Mi vecina, al ver que su perrita fina se estaba poniendo lubricosa, y con un temor nada injustificado a que abusara de ella uno de los tantos perros eléctricos (corrientes quise decir) de la colonia, puso un anuncio en esta bendita y eficaz revista,( red de redes, luz de luz, dichosos los que acuden al mano a mano porque sus ruegos serán escuchados, y su reino no tendrá fin sino hasta el siguiente viernes antes de las diez porque después sólo se encuentra un ejemplar en el mercado negro y hay quienes perdieron la vida al resistirse a un asalto donde con pistola en mano les dijeron arriba las manos y suelta ese mano a mano, hermano) el cual les transcribo porque, déjeme decirle, yo le ayudé a redactar: Hola perritos preciosos, soy una hermosa y coqueta perrita french que busca novio para hacer muchas travesuras. Llama ya, estoy impaciente por escucharte ladrar. Y a continuación un número telefónico que me parece impropio poner aquí.

Lo que si le cuento es que ese mismo viernes en la tarde llegó una señora en una Expedition guinda con lentes Versace negros y una bolsa dorada (Louis Vuitton supogo). Mi vecina le abrió, y dejaron a los tórtolos en el patio trasero, mientras ellas, mutuamente, se decían linduras sobre sus uñas decoradas y su cabello de zorrillito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario