miércoles, 22 de abril de 2009

La Metralleta cursi (!bah!)


Cada quién con sus filias, fobias y asegunes. En lo que a mí respecta, democrático lector, cuando redacto prefiero evitar las comillas (“”) . Ciertamente cada signo de puntuación (coma, guión, dos puntos) cumple una o varias funciones que justifican su existencia, pero uno se da sus mañas para evitarlos, pervertirlos o reemplazarlos con otros recursos.

En el caso que nos hoy ocupa, las comillas son fácil y perfectamente sustituibles con apóstrofes, viñetas y, con mayor efectividad, por la letra cursiva. En este momento se me ocurre hacer un guión televisivo que se llame “lo que callamos las cursivas”.

Las comillas me parecen una señal bastante obvia que limita la comunión lector-escritor. Son como risas grabadas, o instrucciones para que la gente llore no cuando la película lo conmueva, sino cuando el director dice que hay que llorar. La letra cursiva es un guiño al lector; es hacerlo cómplice y darle entrada a la burla, risa o ironía pero sin forzarlo, algo así como esos toqueteos leves que se dan los bailarines para indicar la vuelta, redoble, adorno o movimiento a ejecutar.

Insisto (bueno, no recuerdo si ya lo he dicho), a este intento de país llamado México le sobran palabras (y diputados y senadores) y le faltan ejemplos. Menos ruido y más nueces.”Menos ruido y más nueces”. Menos ruido y más nueces.

Dicho lo anterior, aquí va el ejemplo con su respectiva explicación.

1) Yo apoyo al presidente Calderón, porque no quiero que la droga llegue a mis hijos.

2) Yo apoyo al presidente Calderón porque no quiero que la droga llegue a mis hijos.

3) Yo apoyo al “presidente” Calderón porque no quiero “que la droga llegue a mis hijos”.

En el primer inciso estoy diciendo que creo a pie juntillas en el primer mandatario de la nación, y que los narcos son unos desalmados escondidos tras los matorrales y árboles de las primarias que quieren darle droga gratis a los niños burlando la vigilancia de padres y maestros, y que hay que vigilar de cerca al señor de las paletas porque sabrá dios que más( aparte de paletas) pueda traer en el carrito.

En el segundo inciso pongo en tela de juicio, para empezar, que el señor Calderón sea presidente, cosa por demás ociosa a casi tres años de su mandato. Para continuar, con las cursivas digo que no creo para nada en su guerrita inventada y costosa, que su cruzada contra las drogas es demagógica, absurda y tan cara que ya están teniendo que desviarse recursos que eran para obras y programas sociales, hacia la compra de armas al bien intencionado gobierno estadounidense. Ni se imagina la de hospitales, kilómetros de carreteras, puertos y demás cosas que se pueden hacer con ese dinero destinado a tirar balas de salva y desatar una violencia que antes de que llegara el señor Calderón, no existía.


En el inciso tres digo lo mismo que en el dos pero con escaso respeto a la inteligencia de mis escasos lectores, cosa que jamás firmaría.

De los tres incisos firmo el segundo, siempre y cuando aparezcan las cursivas, porque en la entrega anterior me hicieron el favor de quitarlas y, entre crítico y apologista, huelga decirlo, hay un cerebro de diferencia.

Pásela tropical.

ps: Saludos para alvarito esperando que se rompa una pierna

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